viernes, 6 de marzo de 2009

Resonancia magnética y espectroscopia en niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad

An Radiol Mex 2003; 2(4) : 205-212
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es el desorden psiquiátrico pediátrico más común. Existen 3 tipos de TDAH. Los síntomas implican diferentes sistemas neuroanatómicos y neuroquímicos, por tanto es poco probable que se encuentre una causa única. Los hallazgos en los estudios de neuroimágenes involucran principalmente los ganglios basales y variablemente el lóbulo frontal. Se incluyeron 22 niños del sexo masculino con TDAH, de reciente diagnóstico, sin tratamiento farmacológico previo y sin comorbilidad. Se efectuó RM de cráneo con secuencias morfológicas y espectroscopia univoxel de núcleos caudados, lóbulos frontales y áreas sensorimotoras bilaterales. No hubo diferencias morfológicas significativas entre controles y pacientes. El análisis cualitativo de las espectroscopias mostró disminución de la Colina en las áreas sensorimotoras en todos los grupos.
El análisis cuantitativo no detectó diferencias entre los controles y los pacientes con TDAH. Sin embargo, al comparar con los distintos tipos de TDAH sí mostró diferencias significativas.

1 comentario:

  1. Tomado de: Niños con TDAH, ¿sólo traviesos?
    La hiperactividad no es una nueva patología, pero cada vez interesa más a los pediatras.
    Gema Martín

    Además, el pediatra realiza un examen clínico que incluye una inspección para descartar anomalías físicas que sugieran alteraciones genéticas; una exploración de visión y audición y otra neurológica y, finalmente, una valoración de posibles contraindicaciones del tratamiento farmacológico. Según Lora, el diagnóstico de hiperactividad es clínico, por lo que no existe ninguna exploración complementaria específica. No obstante, el pediatra de AP puede valorar la necesidad de solicitar una resonancia magnética, una analítica o una tomografía. Además, es recomendable realizar un electrocardiograma, una valoración del cociente intelectual y otra educativa y un electroencefalograma...
    De cualquier forma, “no se puede olvidar que el tratamiento no consiste en dar al niño una pastilla y enviarlo al colegio, sino que implica la combinación del apoyo farmacológico con técnicas de rehabilitación cognitiva para tratar la atención y la memoria de trabajo, es decir, lo que se llama el ‘síndrome disejecutivo’, que es lo que, en realidad, repercute en el ámbito académico del niño y trastorna su aprendizaje”, apunta Vaquerizo. Y, según dice, la tercera pata de este tratamiento son las medidas de apoyo conductual.
    Como ejemplo del éxito de esta terapia ‘global’, este neuropediatra menciona el estudio multimodal MTA (un consenso europeo y americano) que muestra que la mayor eficacia se consigue combinando la terapia farmacológica con la educativa. “De nada sirve medicar a un niño si no se le ofrece luego una rehabilitación neurocognitiva y estrategias de modificación de la conducta y autocontrol”, concluye.]

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